La importancia de manejar la ansiedad frente a las evaluaciones académicas
La importancia de manejar la ansiedad frente a las evaluaciones académicas
En estos días en que muchos jóvenes se encuentran rindiendo la PSU, vuelve a surgir con más importancia lo fundamental que es manejar la ansiedad a la hora de rendir una evaluación académica. Esto, porque dependiendo de cómo manejemos la ansiedad, nuestro desempeño puede variar e incluso, puede verse perjudicado, aún cuando nos hayamos preparado con mucha anticipación. A muchos les ha pasado, pasar por la experiencia de “quedarse en blanco” durante una prueba o una presentación oral, a pesar de haberse desvelado estudiando y preparando apuntes. Frecuentemente, lo más frustrante es que después de salir de la prueba escrita u oral, nos volvemos a recordar de toda la materia estudiada …
La ansiedad, que es vivida como una excesiva preocupación e inquietud frente a situaciones percibidas como amenazantes, suele considerarse como algo negativo. No obstante, como en el caso de otras emociones, éstas no son “buenas ni malas en sí”, sino más bien nos informan sobre lo que estamos percibiendo como “peligroso”. En el caso del rendimiento académico, tanto el fracaso personal como el mal rendimiento pueden representar preocupaciones y pensamientos que nos perjudiquen y desconcentren a la hora de rendir y desplegar todos nuestros aprendizajes en las evaluaciones.
La ansiedad también puede ser una aliada en las evaluaciones académicas. Si no tenemos un grado suficiente de ansiedad, es muy difícil movilizarse durante la prueba, desafiarnos, buscar más alternativas, ser cuidadosos(as) a la hora de revisar las respuestas, atender al plazo de tiempo dado, etc. Por lo tanto, la clave está en aprender a modular la ansiedad y lograr niveles suficientes (ni muy altos ni muy bajos) para activar nuestros procesos cognitivos.
Cuando somos conscientes de la influencia de la ansiedad en nuestro desempeño podemos anticipar y reconocer cómo ésta se manifiesta en cada uno de nosotros. La ansiedad se manifiesta en nuestro cuerpo, en nuestros pensamientos y en nuestras conductas. Por ejemplo, cuando estamos “nerviosos(as)” nuestras manos sudan, nuestro corazón palpita más rápido, nuestro estómago “reclama” y podemos comenzar a pensar ideas catastróficas de reprobaciones y posibles expulsiones de la carrera. Cuando estamos ansiosos(as) queremos “huir de la situación” y podemos, por ejemplo, salir antes de revisar adecuadamente una prueba, sólo por el hecho de dejar de sentir ansiedad.
Por todo esto, aprender a reconocer y modular la ansiedad es fundamental para cumplir con los objetivos académicos que nos hemos propuesto y también constituye una herramienta personal para distintos ámbitos de la vida.
Si bien, este aprendizaje es un proceso que depende de factores personales y sociales, algunas recomendaciones para tener en cuenta son:
– La ansiedad, como las otras emociones, tiene un componente corporal significativo. Por lo tanto, es importante que practiques técnicas de respiración que te permitan focalizar la atención en el cuerpo y relajarlo progresivamente. La respiración que se relaciona con la sensación de calma, es la respiración profunda (diafragmática) que busca que el aire desplace las costillas hacia los costados e “infle” el bajo vientre.
– Procura cuidar los hábitos de alimentación y sueño. Cuando tenemos que enfrentar un desafío que nos genera ansiedad, dejamos de conectarnos con las necesidades del cuerpo como comer y dormir bien, lo que influye en nuestra capacidad de reconocer y manejar la ansiedad. La práctica regular de deporte también es una excelente estrategia a mediano plazo, que permite modular las vivencias de la ansiedad.
– Reconoce pensamientos “catastróficos” que comienzan a activarse en situaciones de ansiedad. Es importante identificar estos pensamientos y relacionarlos con la emoción que estamos sintiendo. Si cambiamos la emoción, es muy probable que estos pensamientos también cambien y no se apoderen de nuestros juicios en esos momentos.
